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VIRGEN DEL VALLE


La Virgen del Valle es la imagen inmaculada de la madre de Dios más antigua del continente americano, cuya figura llegó a Cubagua, en momentos, cuando los Guaiqueríes imploraban por un milagro que pusiera fin a la barbarie de los españoles en contra de su raza.

Fue cuando esto nativos solicitaron a España se les enviará una imagen de la Inmaculada Concepción para rendirle adoración en uno de los templos que se construían en Nueva Cádiz (La Primera Ciudad Española fundada en América del Sur, Ubicada en la Isla de Cubagua) este lugar tuvo mucho auge en el comercio debido a la extracción de Perlas, ya que en sus mares abundaban.

Cuenta la historia, que algún anónimo artista español, del siglo VI, modeló en madera sus facciones de rostro angelical junto a brazos y manos, como un conjunto armonioso de la representación de “La Purísima”, y sus elementos sostenidos con listones del mismo material, para darle la apariencia de la Inmaculada Concepción madre de Jesús.

Trascurría el año de 1529 cuando un galeón la llevaba a Santo Domingo, antigua isla La Española, pero la Providencia hizo que, al arribar al puerto de Cubagua, santificara al primer poblado europeo de América, para darle consuelo a los nativos guaiqueríes a la sombra de su Ermita.

El 25 de diciembre de 1541, cuando la feligresía de Cubagua celebraba en la ermita de su Patrona el nacimiento de Jesús, y la iglesia elevaba sus oraciones al cielo para alabar al Todopoderoso, en el horizonte, una nube negra anunciaba el fin de una metrópolis, que fue la envidia del Viejo Mundo, el emporio financiero de Europa, y el símbolo de la barbarie, la devastación y el exterminio, que llegó con los conquistadores.

Nueva Cádiz fue azotada por la fuerza implacable de la naturaleza, y como único sobre viviente, la imagen de una Virgen que fue llevada por el mar hasta las playas de Porlamar.

En el año de 1576 llegó a Margarita como delegado de la Audiencia de Santo Domingo, García Fernández de Torquemada, quien ordenó agrupar a los nativos Guaiqueríes en torno a tres centros espirituales donde serían adoctrinados en el catolicismo, siendo el Valle del Espíritu Santo uno de ellos, para lo cual se erigió una ermita para la Virgen, a partir de lo cual la tradición de los margariteños comenzaron a registrar los milagros de la Virgen del valle.


Milagros de La Virgen del Valle

El Milagro de la Lluvia

Según cuentan los habitantes más antiguos de El Valle que conocen de la historia, dicha población experimentó una sequía en el año 1608.

Margarita no posee ríos, y sus pocas elevaciones impiden que las nubes se detengan en su tránsito sobre la isla… Las pocas lluvias son características en Margarita, pero nunca como a comienzos del 1600, cuando un fenómeno natural impidió que cayera una sola gota de agua.

En esa oportunidad la sequía se extendió por varios años, secando la tierra y acabando con la vegetación que ardía en llamas por el intenso calor.

Prácticamente todo se acabó: los animales morían y no se podía cultivar… Pero aún así, los margariteños estaban empeñados en no abandonar su isla… Como último recurso, el pueblo fervoroso elevó sus plegarias en procesión y decidieron sacar la imagen en procesión hasta La Asunción, llevando a la madre de Dios por los miserables caseríos inmersos en la sequía y la desesperación…

¡..Cuándo ocurrió el milagro..! El cielo se oscureció y un fuerte aguacero, como nunca antes, colmó los áridos campos que volvieron a la vida… A partir de entonces, la Virgen vela por la felicidad de los margariteños, y es la encargada de asegurar el agua de lluvia, desde ese día, no ha dejado de regar los campos.

Desde ese “momento milagroso” los orientales, también extranjeros, le piden favores con mayor fe y le entregan su vida espiritual.





El Milagro de la Perla

Un humilde pescador de nombre Domingo, nativo de Punda, como todas las mañanas, se sumergió en las profundidades del mar en busca de las codiciadas perlas que hicieron célebre la isla de Cubagua, y que motivaron la conquista en esta parte del continente por parte de los españoles.

¡..De pronto..! cuando revisaba el manto de coral, fue embestido por la filosa púa de una furiosa manta raya que rondaba los criaderos de ostras… Como pudo, salió a la superficie y llegó sangrante a la orillas, donde fue atendido por los lugareños que, en vano, intentaron parar la infección que había gangrenado la pierna…

De nada sirvieron los remedios para sanar su herida… La pierna se le ulceró hasta la rodilla y sólo su amputación podía salvarle la vida, lo que también significaba la muerte para un hombre de la mar.

Ante un desenlace fatal, Juan, su mujer, invocó al milagro de la Virgen del Valle… y a los pocos días su pierna sanó sin más remedio que los rezos y oraciones de su creyente esposa.

Domingo con un agradecimiento infinito, le prometió a la Virgen la primera perla que obtuviera cuando nuevamente volviera al mar… Sintiéndose seguro por el aura protectora de la Virgen del Valle, volvió al mismo lugar para extraer la valva de una inmensa ostra que halló sujeta al manto de coral…

Al abrirla, su rostro mostraba el asombro de tan singular descubrimiento… ésta no era una perla común… era nada más y nada menos que una curiosa perla que asombrosamente delineaba la forma de su pierna y mostraba hasta el rastro de su cicatriz.

Hoy la perla, en forma de pierna, puede ser admirada en un manto bellamente tejido que se expone en el Museo Diocesano del Valle del Espíritu Santo.

De acuerdo con la tradición religiosa de nuestro país, la Virgen del Valle es considerada como la patrona del oriente de Venezuela, siendo venerada con especial devoción en la isla de Margarita. Cada 8 de septiembre se celebra su día, fecha en la que acuden miles de peregrinos a venerarla en su santuario ubicado en el Valle de Margarita, cerca de Porlamar. Las festividades duran varios días y, en cada uno de ellos, la Virgen luce un bello traje diseñado con las telas suministradas por sus devotos.